Ciudad de México, al borde de una crisis por el agua
- HISTORIA CCHIDOS
- 28 abr 2018
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En 1900, cuando terminó la construcción del Gran Canal de Desagüe, era visto como una proeza de la ingeniería y un símbolo de orgullo cívico: medía 47 kilómetros de largo, con la capacidad de mover cientos de miles de litros de aguas residuales por segundo. Prometía resolver las inundaciones y los problemas de drenaje que habían abrumado a la ciudad por siglos.
El movimiento del canal estaba basado en la fuerza de gravedad. Y Ciudad de México, que se encuentra a 2240 metros por encima del nivel del mar, se estaba hundiendo.
El hundimiento sigue, cada vez más rápido, y el canal es tan solo una víctima de lo que se ha convertido en un círculo vicioso. Con la escasez perpetua del agua, Ciudad de México ha seguido perforando en busca de más, lo que ha debilitado los antiguos lechos de arcilla de los lagos que los aztecas usaron para construir buena parte de la ciudad y lo que ha causado que se derrumbe aún más.

Las altas temperaturas y la sequía implican una mayor evaporación y una mayor demanda de agua, lo que incrementa la presión de conseguir agua desde zonas de reserva distantes, a costos exorbitantes, o de drenar todavía más los acuíferos subterráneos y acelerar el colapso de la ciudad.
El problema no solo es que los acuíferos se estén agotando. Ciudad de México yace sobre una mezcla de suelo volcánico y lechos de barro de los lagos. Áreas como el centro histórico se encuentran sobre arcilla. Otras delegaciones se construyeron sobre terrenos volcánicos.
Los suelos volcánicos absorben agua y la depositan en los acuíferos. Son estables y porosos.
En las profundidades debajo del centro histórico, el agua extraída de los mantos acuíferos ahora puede terminar más allá de los límites de la ciudad, en Ecatepec, en una de las estaciones de bombeo más grande a lo largo del Gran Canal. La bomba, acabada en 2007, se construyó para mover 40.000 litros por segundo, agua que ahora necesita ser elevada de donde el canal se ha hundido, simplemente para continuar su camino.
Chávez Villegas Elisa
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